Se viene el frío y comienza una nueva campaña agrícola. Ya sea que se
elija sembrar trigo o cebada, lo importante para lograr una buena
cosecha es hacer las cosas bien desde el barbecho.
Lo fundamental para lograr un buen cultivo de trigo, con buen
rendimiento, es hacer un buen barbecho. Luego habrá que ocuparse de
enfermedades y plagas, pero si queremos que el cereal llegue fuerte al
invierno debemos combatir las malezas desde el principio.
El
barbecho es el período que transcurre entre la cosecha de un cultivo y
la siembra del siguiente. Durante ese lapso, el objetivo es acumular
agua en el perfil, evitar la erosión del suelo, preservar la fertilidad,
cortar el ciclo de malezas y frenar la propagación de enfermedades en
vectores bióticos como pueden ser los restos del cultivo anterior.
Para
realizarlo de una manera eficiente es importante tener en cuenta una
serie de factores: el cultivo antecesor, la fecha de siembra y la
disponibilidad de agua.
Las malezas que nos podemos encontrar
están directamente relacionadas con el cultivo precedente, que pueden
ser girasol, soja –de primera o de segunda- o gramíneas como maíz o
sorgo.
El girasol o la soja son convenientes frente a las
gramíneas ya que no hay transferencia de enfermedades. Además, la
extracción de nutrientes y agua se da de modalidades distintas. Tampoco
es habitual sembrar trigo sobre pasturas porque éstas generan una gran
cantidad de malezas, sobre todo en la primavera, que son muy difíciles
de combatir en un cultivo de trigo.
Si vamos a trabajar sobre un
lote donde teníamos soja, el tiempo del barbecho va a depender de si
esta era de primera o de segunda. Esto influirá también en la fecha de
siembra y en la acumulación de agua, ya que la oleaginosa deja poco
rastrojo en superficie.
En todos los casos, lo ideal es que el
trigo llegue al invierno con un tamaño de planta considerable, y libre
de malezas para evitar la competencia en la primavera.
A su vez, hay dos momentos del control de malezas, en el periodo de barbecho (pre-emergencia) y en el de pos-emergencia.
Por
eso, en pre-emergencia se debe realizar una aplicación general con una
combinación de herbicidas donde haya un fitosanitario no selectivo como,
por ejemplo: el Glifosato, y otro residual como el Metsulfuron. De esta
forma, se prolonga el período de tiempo donde las malezas no están
presentes.
En tanto, en pos-emergencia se deben utilizar
herbicidas que no afecten al cultivo de trigo, para ello hay varias
combinaciones que dependen de la maleza presente.
Para las
malezas gramíneas, como el RayGrass, se deben utilizar fitosanitarios
selectivos para el cultivo de fina como el Iodosulfurón + metsulfuron,
Pyroxulam + Cloquintocet + Metsulfuron, Flucarbazone o Fenoxaprop, entre
otros.
En el caso de que las malezas sean de hoja ancha, los
especialistas recomiendan: las combinaciones posibles pueden ser 2.4D
solo, Carfentrazone, Aminopyralid + Metsulfuron, Bromoxinil, Dicamba,
Metsulfuron, Picloram y la combinación entre ellos, entre otros.
Por
supuesto que en todos los casos, las combinaciones y las cantidades,
así como el momento en el cual realizar las aplicaciones, deben ser las
recomendadas por el profesional asesor del campo,y realizarse bajo las
Buenas Prácticas Agrícolas. Además, se debe contar con la receta
agronómica para comprar los productos.
Por último, una
advertencia y una premisa:Es muy normal que haya malezas que afecten el
crecimiento del cultivo por una falta de control. Por eso, no hay que
perder el horizonte de entrar al invierno con un tamaño de planta
respetable y la menor cantidad de malezas para que en la primavera haya
una explosión de crecimiento sin competencia.
Para tener en cuenta
Algunas
enfermedades del trigo, como la roya, necesitan de organismos vivos
-llamados vectores bióticos- para sobrevivir de una siembra a la
siguiente. Sin embargo, otros males pueden hacerlo en elementos como los
rastrojos o en alambrados. Por ese motivo, a estos últimos es
importante fumigarlos para evitar transferencias de enfermedades a
cultivos futuros. Incluso, sobre todo la zona núcleo en campos netamente
agrícolas, hay una tendencia a eliminar los alambrados para evitar este
tipo de inconvenientes y a la vez ganar eficiencia por el uso de lotes
más grandes.
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