Un trabajo de DuPont divide a la
provincia en tres zonas agroecológicas y define a los yuyos más
complicadas en cada una.
Rama negra (foto), borreria,
cloris, siempreviva del campo, pata de gallina, cuaresma, colorado
resistente, flor de Santa Lucía, Sorgo de Alepo resistente, estas y
algunas más son los nombres comunes de malezas que están presentes en
los lotes agrícolas de Córdoba.
Muchas de estas malezas incrementan
su población y ocupan los lotes porque nosotros mismos las
seleccionamos, utilizando el mismo principio activo para su control.
Algunas especies son tolerantes, es decir que nunca fueron susceptibles a
las dosis normales de un herbicida. Otras veces son resistentes, es
decir que una porción de su población que antes moría con el herbicida
ahora no muere y su descendencia se propaga invadiéndonos el campo.
Estas malezas pueden ingresar
desde las banquinas y los alambres o muchas veces ingresan en máquinas
cosechadoras que vienen con semillas de otras regiones y se instalan en
la nuestra.
Como causas generales para que esto ocurra se pueden sintetizar los
siguientes puntos, que implican además los principales desafíos a tener
en cuenta en el manejo de malezas resistentes:
-El modelo productivo actual presenta la característica de una ausencia de laboreos en por lo menos el 70% del área agrícola.
-Gran dependencia del control químico, sobre todo de glifosato.
-Escasa rotación de cultivos que lleva a no tener un manejo integrado del control de malezas.
-Contratos de corto plazo que producen un arranque tardío en el
control de malezas de barbecho adaptadas al no laboreo del suelo.
Zonas
Para ubicar el problema en Córdoba
debemos pensar en sitios agroecológicos diferentes. Tenemos en primer
lugar la Zona Núcleo del Sudeste con mejores condiciones climáticas y
cuyas siembras se pueden realizar en fechas óptimas, además de contar
con rotaciones que vienen cereales de invierno con menor carga de
malezas. En segundo lugar, el Centro Norte con gran proporción de
siembras en fecha de diciembre lo que conlleva a hacer barbechos
primaverales; y tercero, la Zona Sur con poca rotación de cereales de
invierno, lotes más sueltos, con menor almacenamiento de agua y que
muchas veces deben llevar su fecha de siembra a diciembre por falta de
condiciones. En cada una de ellas, la presencia y abundancia de las
especies problema es diferente.
+ En la Zona Núcleo las malezas más nombradas son Conyza bonariensis
(rama negra), Amaranthus quitensis resistente al grupo herbicida ALS
(colorado resistente), Viola arvensis (pensamiento silvestre) y
gramíneas como Eleusine indica resistente (grama carraspera), Digitarias
anguinalis (pasto cuaresma), chlorideas (chloris y trichloris), además
de SARG (sorgo de Alepo resistente a glifosato) y Maíz guacho RR.
+ En el Centro Norte aumenta la proporción y dominancia de SARG y de
suman chlorídeas, Gomphrena pulchella (siempreviva con flor violeta),
Borreria verticilata (botoncito blanco) y Gomphrena perennis
(siempreviva con flor blanca), siendo estas dos las que por ahora
muestran los mayores problemas para controlarlas dado que son perennes y
tienen órganos de reserva para rebrotar luego de los tratamientos.
+ En el Sur encontramos gramíneas y borreria muy presentes. Pero aquí
el principal inconveniente lo tenemos con la aparición en los últimos
años de Amaranthus palmeri, una especie de yuyo colorado que tienen la
particularidad de ser tolerante a glifosato y a herbicidas del grupo de
los ALS, con gran poder de diseminación de semillas y un crecimiento
acelerado de la planta que hace que tengamos que aplicar muy
oportunamente o se nos va de tamaño para controlarla. Una de las
estrategias para mitigarlo es usar herbicidas residuales de las familias
de los PPO.
Ataque
Como consecuencia de estas
presencias comienzan a discutirse nuevas estrategias en el control de
malezas, con nuevos productos que combinen eficiencia de control de las
malezas problemáticas, con persistencia en el suelo para el control de
las camadas que nacen luego de la aplicación y sean amigables con el
medio ambiente.
-Se deben mejorar los monitoreos de malezas durante el barbecho,
mejorar los sistemas de aplicación y manejo correcto de herbicidas.
-No se deben dejar semillar las malezas,no se deben cosechar los
manchones semillados y se deben limpiar las cosechadoras luego de salir
de lotes con presencia de malezas difíciles.
-Utilizar mezclas de glifosato con otros principios activos que
favorezcan la acción de activos combinados sobre las malezas a ser
controladas. Para esto se debe tener en cuenta que tipo de malezas
debemos controlar así como también el estado de las mismas y las
condiciones de aplicación. También es importante considerar otros
factores que condicionan la degradación de los herbicidas residuales en
el suelo; como el PH, la materia orgánica y la textura entre otros.
-Se debe tener en cuenta que la acción de control en barbecho químico
debe caer sobre los herbicidas de preemergencia para el ahorro de agua
en el perfil, dejando solo los de aplicación post emergente para la
corrección de problemas.
* Ingeniero agrónomo Diego López. Equipo Técnico de Du Pont.
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