El Gobierno podría rebajar las retenciones a exportaciones de carne
vacuna en 5 puntos, cuando hoy están en un 15%, y aplicar reintegros a
las ventas al exterior
Las medidas, se especulaba en el ámbito de la industria
frigorífica exportadora, sería anunciada en los próximos días luego de
que en la última reunión con el secretario de Comercio Interior,
Guillermo Moreno, los empresarios recibieron indicios en ese sentido.
En
2012, las exportaciones cárnicas fueron de u$s 1.190 millones, lo cual
significó unos u$s 180 millones por retenciones para el Gobierno.
Mientras
que los antecedentes en este tipo de medidas se remontan a abril de
2012, cuando el Estado bajó del 15% al 5% las retenciones para los
productos bovinos termoprocesados para evitar que el grupo brasileño
JBS-Swift cerrara una planta que tenía en Venado Tuerto, Santa Fe, que
finalmente igual cerró.
En 2005, la Argentina era el
tercer exportador de carne del mundo, con 771.000 toneladas, pero siete
años más tarde, en 2012, con 183.000 toneladas, pasó al puesto número 11
y las exportaciones se redujeron el 75%.
José Fantini,
secretario general de la Federación del Personal de la Industria de la
Carne, dijo que bajar las retenciones es una "deuda pendiente del
Gobierno" y recordó que la presidente Cristina de Kirchner se
comprometió "hace un año y medio a abordarlas".
El especialista
Ignacio Iriarte resaltó que en este contexto la producción mundial de
carne vacuna está estancada desde hace cinco años, frente a la aviar y
porcina, que no cesan de crecer.
La Argentina no es una
excepción, y para el analista existen varios factores que se
complementan para que no crezca la producción. Uno de ellos es la
competencia del uso del suelo "por parte de la agricultura, fenómeno que
no se da sólo en nuestro país".
"También por la
valorización general de la tierra en el mundo, que vuelve imposible
honrar con rentas derivadas de la ganadería tierras que valen entre u$s
15.000 y u$s 30.000 por hectárea", indicó.
Mientras que sumó el
avance de la urbanización como ocurre en China y hasta las tierras
tomadas a la ganadería para hacer autopistas en ese país y en Estados
Unidos.
El encarecimiento de los precios de los alimentos
balanceados, que "llegan hasta los u$s 400 por tonelada en China y
Europa, alimentos formulados con granos y pellets importados.
También
incide en el estancamiento de la producción ganadera el envejecimiento
de los ganaderos norteamericanos y europeos, la falta de escala, el
retiro de los subsidios a la actividad en algunos países, por el clima
extremo y la progresiva liberalización del comercio internacional, que
amenaza a las producciones ganaderas más protegidas.
"Es
importante el encarecimiento incesante de los costos ganaderos por
encima de cualquier índice de inflación que se tome y la competencia de
otro tipo de carnes, las llamadas ganaderías sin suelo, como la porcina o
aviar, que convierten mucho mejor el grano en carne, y que casi no
requieren espacio", sostuvo Iriarte.
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