Se recortó con fuerza la rentabilidad de la agricultura en campo
alquilado, por eso para la campaña 2013/14 se calcula que hay un millón
de hectáreas más ofrecidas.Se recortó con fuerza la rentabilidad de la agricultura en campo
alquilado, por eso para la campaña 2013/14 se calcula que hay un millón
de hectáreas más ofrecidas.
El modelo de los pools de siembra que tanto se expandió en la década
pasada comenzó a mostrar algunas fisuras a partir de 2008, cuando a la
crisis internacional y a la pelea del campo con el Gobierno se le sumó
una sequía dramática. Pero ya no es necesaria una catástrofe climática
para que los números de la agricultura en campo alquilado dejen un
exiguo margen de ganancia, cuando lo hay, para algunas explotaciones.
Según
productores consultados por este diario, la suba de costos que cotizan
en dólares versus una producción liquidada en pesos a dólar oficial hace
que ni los u$s 567 de la tonelada de soja de ayer alcancen para brindar
por un buen año. Al contrario, se suman los casos de pools de siembra y
hasta empresas agropecuarias que deciden no renovar contratos de
alquiler. Un caso es la firma El Tejar, que dejó de sembrar en el país,
mientras otro gigante, Los Grobo, redirecciona su negocio.
Por eso se
calcula que los precios de los alquileres bajarán para esta campaña y
se renegociará esta vez sin concesiones para los dueños el contrato de
los arrendamientos.
Según Guillermo Villagra, de la firma Openagro,
los alquileres son las únicas variables en las que el productor puede
ajustar ante la merma de rentabilidad.
Según dijo, los precios se
negociarán con una baja de hasta 20%, dato que también respalda Pedro
Nordheimer, de la inmobiliaria especializada en el sector rural que
lleva su apellido. Los precios de los alquileres se están negociando
entre 15% y 20% menos, y el mercado está muy frío, le dijo el
empresario a El Cronista. También cambiará definitivamente la forma de
los contratos de arrendamiento, aventuró Villagra.
Ya desde hace
algunos años, los productores comenzaron a atar una parte más o menos
significativa del monto del alquiler al rendimiento de la campaña.
Por
ejemplo, si un campo se paga 15 quintales de soja por hectárea, 10
quintales iban por adelantado y 5 al cierre, atado al resultado. En
algunos casos, el adelanto era solamente del 50%, y en otros, había
hasta tres cuotas, la última, atada al rendimiento. En todos los casos,
sin embargo, la negociación era más dura para el productor. Pero en el
actual contexto, los dueños negocian una parte sujeta al rendimiento
porque no les queda otra opción, en palabras de Nordheimer.
La
idea es bajar los costos fijos del campo a la mitad para poder recuperar
la rentabilidad que se perdió en los últimos años, indicó Villagra.
De
las 30 millones de hectáreas agrícolas de la Argentina, se calcula que
entre el 60% y el 65% se practica sobre campo alquilado, es decir, 19,5
millones de hectáreas. Entre la campaña pasada y la actual, se calcula
que al menos un millón de hectáreas fueron liberadas por inversores y
productores que no quisieron renovar el arrendamiento.
Fuente; El Cronista
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