Brasil y México, las principales economías de la región, registraron
caídas interanuales de 2% y 35%, respectivamente. Influyó la
reinversión de utilidades forzada por el Gobierno. Alertan por
concentración de inversiones en producción agropecuaria.
De acuerdo con el documento presentado ayer por la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (Cepal), dependiente de Naciones Unidas
(ONU), por tercer año consecutivo los países de la región siguieron
atrayendo flujos crecientes de Inversión Extranjera Directa (IED). El
resultado alcanzado en 2012 fue significativo porque ocurrió en un
contexto internacional de marcada reducción de los flujos mundiales de
inversión. En ese marco, la perfomance de Argentina fue particularmente
positiva, pese a las restricciones cambiarias y de importaciones que
impulsó el Gobierno nacional y la “pérdida de competitividad” denunciada
por algunos sectores empresarios y consultoras privadas.
Según los datos del organismo, en Argentina ingresaron el año pasado
12.551 millones de dólares en concepto de IED -equivalente a 7,23% del
total recibido en la región y a 2,3% del PIB nacional-, lo que
representó la cifra más importante desde el comienzo del nuevo siglo y
un aumento de 27% con relación a lo recibido en 2011 (9.882 millones de
dólares, la cifra más alta hasta ese momento)
En términos de crecimiento interanual, la perfomance de Argentina
sólo fue superada por Perú y Chile en América del Sur, que registraron
incrementos de 49% y 32%, respectivamente, en 2012.
Otras dos economías de peso para la región, como las de México y
Brasil, mostraron -según Cepal- caídas en el ingreso de inversiones
extranjeras directas el año pasado, de 35% -su nivel más bajo desde
1999- y de 2%, respectivamente.
En términos de magnitudes absolutas, Brasil fue el principal destino
de la IED en la región (65.272 millones de dólares en 2012), seguido por
Chile (30.323 millones).
Luego se ubicó un lote de economías con inversiones entre los 12.000 y
16.000 millones de dólares: Colombia (que recibió desembolsos por 15.823
millones), México (12.659 millones), Argentina (12.551 millones) y Perú
(12.240 millones).
Muy por debajo quedaron perfomances como las de Venezuela, Uruguay,
Costa Rica, Panamá y República Dominicana, con ingresos por entre 2.000 y
3.600 millones de dólares en 2012 en concepto de IED.
Reinversión forzada
En cuanto al tipo de IED en Argentina, la reinversión de utilidades
representó la mayor parte, con 7.984 millones (63,6% del total), “más
del doble que el año anterior”, subrayó la Cepal. De hecho, 2012 fue el
año en el cual las restricciones cambiarias y aquellas para que las
empresas giren dividendos a sus casas matrices se sintieron con mayor
intensidad. Después de la reinversión de utilidades se ubicaron los
aportes de capital, por 3.354 millones de dólares, y los préstamos entre
empresas, por 1.214 millones.
Del año pasado, la Cepal destacó como los principales proyectos de
inversión la compra, por parte del Industrial & Commercial Bank of
China (ICBC), de 80% de Standard Bank Argentina y la adquisición de la
empresa de seguros del grupo británico HSBC por parte de la compañía
australiana QBE Insurance Group.
Asimismo, mencionó “el aumento de la participación de capitales
brasileños en empresas petroleras y de alimentos” y que “los proyectos
de nuevas inversiones con mayor magnitud estuvieron orientados a la
producción agropecuaria”.
En particular especificó que el grupo chino Chongqing Grain Group
adquirió tierras destinadas a la producción sojera e intenta asociarse
con el grupo local Molinos Cañuelas.
Contexto bajista
De acuerdo con el análisis de la Cepal, los registros de la región
cobran más relevancia dado el difícil contexto mundial que se atraviesa
desde 2008. En ese contexto, la inversión extranjera directa recibida
por América Latina y el Caribe mostró un crecimiento de 6,7% respecto
del año anterior, alcanzando así un nuevo récord histórico de 173.361
millones de dólares, lo que confirmó una trayectoria de crecimiento
sostenido que se verifica desde 2010.
Esto sucedió en un contexto internacional marcado por la
incertidumbre, en el que los flujos mundiales de IED mostraron una
contracción de 13% con respecto al año anterior hasta alcanzar niveles
cercanos a los registrados en 2009, puntualizó el trabajo de la Cepal.
“La situación macroeconómica desfavorable de los Estados Unidos y la
Unión Europea delimitó el escenario para esta nueva caída de los flujos
globales de inversión, que se produjo de manera acentuada en los montos
destinados a los países desarrollados (22,5%) aunque también, de manera
moderada, en aquellos destinados a los países en desarrollo en su
conjunto (3%)”, indicó el trabajo.
Estos resultados divergentes entre los países desarrollados y América
Latina y el Caribe evidencian varios procesos. Por un lado, la crisis
económica y la incertidumbre en las economías desarrolladas, que
desplazan las inversiones hacia los mercados emergentes.
Por otro, que los contextos locales en América Latina resultan
particularmente favorables y atractivos para los inversores globales,
sobre todo por el crecimiento económico de la región (3%) y los altos
precios internacionales de los recursos naturales.
Estos últimos atraviesan un prolongado ciclo de precios elevados -en
particular los metales-, en tanto que los mercados internos de los
países de la región ponen de manifiesto varios años de crecimiento
sostenido y ofrecen oportunidades de negocio para el desarrollo de
servicios (telecomunicaciones, comercio y servicios financieros).
Advertencias
Pese al “buen momento” que atraviesa la economía de América Latina según
la Cepal, el organismo advierte sobre la composición sectorial de la
IED captada por la región que, lejos de transformar su estructura
productiva tiende a reforzar los patrones de especialización vigentes,
de escaso valor agregado y bajo nivel de empleo.
“No vemos indicios muy claros de un aporte relevante de la IED a la
generación de nuevos sectores o a la creación de actividades de alto
contenido tecnológico”, alertó ayer la secretaria ejecutiva de la
entidad, Alicia Bárcena.
Según el informe, la IED se va orientando cada vez más hacia la
explotación de recursos naturales, en particular en América del Sur. El
peso de la manufactura es bastante limitado en las entradas de IED, con
la excepción de Brasil y México.
“Es muy probable que los factores que han influenciado la llegada de
IED a la región continúen siendo relevantes en los próximos años. Por lo
tanto, no sólo habrá que focalizar la atención en los montos recibidos,
sino cada vez más en las características de la IED recibida y los
proyectos de inversión, por un lado, y su adecuación a las necesidades
de las agendas de desarrollo de los países, por el otro”, reclamó la
Cepal.
Fuente: Comercio y Justicia
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