Investigadores argentinos descubrieron una novedosa manera de combatir
esta enfermedad diarreica que afecta principalmente a niños menores de
cinco años. La presencia de anticuerpos VHH en leche de vaca, una
alternativa 100 por ciento efectiva y de bajo costo.
En un futuro cercana, las vacas podrían producir una leche especial
con un componente que permite combatir la diarrea por rotavirus en
niños. Se trata de los VHH, unas moléculas derivadas de los anticuerpos
de los camélidos, que son “las más pequeñas que existen en la naturaleza
capaces de reconocer a otra y de neutralizarla”, asegura a la Revista RIA la responsable del Laboratorio de Virus Diarreicos del INTA Castelar, Viviana Parreño.
Las enfermedades diarreicas son la segunda causa de muerte de niños
menores de cinco años en el mundo. Si bien suelen ser “prevenibles y
tratables”, lo cierto es que fallecen cerca de un millón y medio de
niños cada año, según afirma la Organización Mundial de la Salud. Las
dos causas más comunes de enfermedades diarreicas en países en
desarrollo son los Rotavirus (RV) y la Escherichia coli.
En la Argentina, el Programa de Vigilancia del Ministerio de Salud
informó que el 42 por ciento de las internaciones por diarrea en niños
menores de tres años se deben al RV, enfermedad que llega a ocasionar
deshidratación en el 83 por ciento de los infectados.
En el mercado actualmente existen dos vacunas disponibles compuestas
por el virus vivo atenuado que son altamente eficaces para la reducción
de la diarrea y de la mortalidad. No obstante, la seguridad y eficacia
de su administración en pacientes inmunocomprometidos no está
comprobada, según advierte el Ministerio de Salud de la Nación.
Parreño: los VHH son moléculas derivadas de los anticuerpos de los
camélidos, “las más pequeñas que existen en la naturaleza capaces de
reconocer a otra y de neutralizarla”.
VHH vs Rotavirus
La investigadora que forma parte del equipo de Parreño, Lorena
Garaicoechea, desarrolló estos nanoanticuerpos VHH durante su tesis
doctoral en colaboración con científicos alemanes del Laboratorio
Europeo de Biología Molecular (EMBL, por sus siglas en inglés). Los
resultados del trabajo indicaron que los VHH pueden neutralizar a la
infección por una amplia variedad de variantes (serotipos) de Rotavirus
grupo A. Según explica, “estos nanoanticuerpos se unen a la proteína
VP6 de Rotavirus, una proteína interna del virus que conforma más del 50
por ciento de su masa”.
Mientras los estudios realizados hasta este momento se centraban en
“atacar” la parte externa del virus, los investigadores del INTA
pudieron comprobar que, de alguna manera, estos anticuerpos atacaban “su
corazón” (ver recuadro: RV y sus tres capas).
La capa superficial del virus, contra la cual se suelen generar las
vacunas, cambia constantemente año a año y de especie a especie, tal
como el virus de la influenza. Por ejemplo, las cepas de rotavirus grupo
A detectadas hasta el momento poseen 35 variantes de las proyecciones
que sobresalen en su capa externa, y más de 20 de la superficie de esa
capa, por lo que para lograr vacunas efectivas se desarrollan
formulaciones multivalentes que inducen anticuerpos contra los serotipos
más comunes que afectan a humanos. Estas vacunas recombinantes y
atenuadas son muy costosas y no incluyen los serotipos raros que
circulan en algunos países de Sudamérica, África y Asia.
Al atacar la parte interna del virus, tal como lograron los
investigadores, tanto animales como humanos quedan protegidos contra la
diarrea causada por los RV del grupo A.
“Aún no sabemos cómo funciona ese mecanismo pero especulamos que por
los orificios que hay disponibles en el virus el anticuerpo se mete y se
engancha a la VP6. Entonces no importa qué diferencia haya en la
superficie”, sostienen Garaicoechea y Parreño.
Pero su pequeñez y capacidad de escabullirse no es la única
característica extraordinaria de los VHH: en general, cuando las
moléculas son expuestas a altas temperaturas o a cambios en el pH,
suelen desnaturalizarse (o cambiar su estructura). Pero los VHH no:
estas moléculas pueden ingresar en un ambiente muy ácido (como el del
estómago) y cuando llegan al intestino, que posee un pH levemente
alcalino, se arman nuevamente y mantienen sus propiedades funcionales. Y
como si eso fuera poco, también resisten altas temperaturas como las
utilizadas durante la pasteurización.
“Esto quiere decir que si logramos desarrollar una vaca transgénica
que en su leche exprese estos nanoanticuerpos, podríamos pasteurizar esa
leche y dársela a un bebé para protegerlo, por ejemplo, contra la
diarrea por Rotavirus”, adelantan las investigadoras que luego del
hallazgo se sumaron a la plataforma técnico-organizativa para el
desarrollo de proyectos tecnológicos del INTA (INCUINTA) liderada por
Andrés Wigdorovitz.
Andrés Bercovich: “Si existiera una leche que tuviera una característica
nutricional que protegiera contra el rotavirus, podría ocasionar un
impacto sanitario realmente importante”.
El comienzo de algo histórico
Así, dado el elevado potencial de estas pequeñas moléculas, el INTA
comenzó a trabajar con BioSidus (una empresa argentina que produce
biofármacos y que tiene vasta experiencia en transgénicos) para
desarrollar una vaca que exprese los nanoanticuerpos VHH en su leche.
Para llevar a cabo este proyecto se constituyó un consorcio en el que
participan otras dos empresas del sector lácteo (Establecimiento Lácteo
San Marcos y Aproagro SA).
El proyecto se presentó a la convocatoria de Alimentos Funcionales
del Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC) y obtuvo financiación para
desarrollar alimentos lácteos funcionales que contengan VHH anti
rotavirus en su formulación y, de esa manera, reduzcan el impacto de las
diarreas por rotavirus en niños.
En este sentido, según comentó a la Revista RIA el responsable del
departamento de Investigación y Desarrollo de la empresa Biosidus,
Andrés Bercovich, “si existiera una leche que tuviera una característica
nutricional que protegiera contra el rotavirus, podría ocasionar un
impacto sanitario realmente importante”.
Para lograr este alimento, la empresa solicitó a la Comisión Nacional
Asesora de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA) una autorización y, si
bien Bercovich entiende que este proyecto tiene un largo camino por
recorrer (que esperan finalizar hacia 2018), los investigadores de
BioSidus ya comenzaron a hacer un trabajo de ingeniería genética en el
laboratorio que conlleva una serie de exámenes de concepto para
comprobar si se puede producir la leche con esos VHH.
A su vez, desde el INTA se realizaron pruebas en animales que
confirmaron la actuación de los anticuerpos VHH contra la diarrea por
RV.
En este sentido, Celina Vega y Marina Bok, integrantes del equipo de
Parreño en Castelar, demostraron que la administración de leche
suplementada con los VHH desarrollados previno la diarrea en lechones
mantenidos bajo condiciones de esterilidad.
Según afirman, “este resultado que logramos con colaboradores
norteamericanos, fue muy alentador y representa una prueba de que estas
moléculas tiene un elevado potencial de convertirse en un tratamiento
preventivo o terapéutico de las diarrea por este agente viral”.
Las crías de cerdo no sólo son susceptibles de contraer rotavirus
humano, sino que son similares a los bebés en lo que respecta a peso,
fisiología del intestino, dieta láctea y desarrollo de la respuesta
inmune.
Así, el tratamiento preventivo con esta leche indujo un 100 por
ciento de protección frente a la diarrea causada por la infección
experimental con Rotavirus humano. Además, no interfirió con el
desarrollo de la respuesta inmune específica contra ese virus, por lo
que no sólo protegió al cerdo frente a la diarrea, sino que no impidió
que el organismo genere anticuerpos propios contra el virus. Así, generó
una “memoria inmunológica” en el caso de futuras exposiciones ante el
RV.
Más información en Revista RIA http://ria.inta.gov.ar/
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