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martes, 12 de noviembre de 2013

El semillero Syngenta, entre Villa María y Venado Tuerto

La multinacional europea decidirá el sitio de la inversión durante el primer cuatrimestre de 2014. Las dos localidades de la zona agrícola cuentan con posibilidades similares.


La empresa Syngenta mantiene su decisión de radicar un nuevo semillero en el país –de maíz y girasol–, pero recién resolverá sobre su ubicación el primer cuatrimestre de 2014. 
En un pie de igualdad para ese emplazamiento están Villa María, en la zona central de Córdoba, y Venado Tuerto, en la provincia de Santa Fe, donde la multinacional de origen suizo ya cuenta con otro semillero.
“Estamos en el proceso final, recabando los últimos datos que van a ser necesarios para poder tomar esa decisión y estimamos que, en el transcurso de los primeros tres o cuatro meses del año que viene, vamos a tener una definición concreta respecto de dónde vamos a estar localizando la planta”, dijo a La Voz del Interior Román Bartomeo, director de Asuntos Corporativos para Latinoamérica Sur de la compañía.
Durante la presentación de la iniciativa global de Syngenta para el fomento de una agricultura sustentable, en Buenos Aires, Bartomeo explicó que, originalmente, cuando el proyecto fue estudiado y anunciado a la presidenta Cristina Fernández (en julio del año pasado), la localización tomaba en cuenta un triángulo en la región agrícola central, con puntos de referencia en Venado Tuerto, Villa María y Río Cuarto.
Esto, en razón de la proximidad con los centros de producción y consumo de semillas, y también de la logística, infraestructura y llegada a los puertos de exportación.
“La decisión no está tomada; va a estar tomada el año que viene y hoy estamos en un pie de igualdad en cuanto a que la localización esté en Villa María o en Venado Tuerto”, apuntó el directivo, al tiempo que destacó “la muy buena predisposición de las autoridades nacionales, provinciales y municipales” para que se concrete la inversión, de alrededor de 60 millones de dólares.
Ante otra consulta, Bartomeo desconectó al proyecto de los conflictos de la coyuntura, como el que atraviesa Monsanto con ambientalistas por su radicación en Malvinas Argentinas. La decisión, dijo, “no tiene que estar empañada por situaciones de corto plazo; estamos pensando en una inversión de muchos años y décadas, y además Syngenta cuando invierte lo hace con un compromiso no sólo productivo, sino también con la comunidad”. 


Iniciativa global
The Good Growth Plan (el plan del buen crecimiento), una iniciativa mundial de Syngenta para la agricultura sustentable, fue presentado en Buenos Aires por Antonio Aracre, director general de la compañía para Latinoamérica Sur. “Se trata de un desafío enorme, que no puede ser abordado por una sola empresa; por eso promovemos el diálogo y las alianzas con organizaciones representativas de la sociedad”, destacó.
La iniciativa se basa en seis compromisos con metas específicas y medibles, desde 2014 a 2020: incrementar la productividad de los cultivos sin utilizar más tierra, agua o insumos; mejorar la fertilidad en un millón de hectáreas de campos al borde de la degradación y aumentar la biodiversidad en cinco millones de hectáreas. También se propone entrenar a 81.600 trabajadores rurales en seguridad laboral y ayudar a pequeños productores a mejorar sus prácticas y rotaciones.
Suspenso
15 meses. Transcurrieron más de 15 meses desde que el CEO global de Syngenta, Mike Mark, anunció a la presidenta Cristina Fernández la radicación de un nuevo semillero de maíz y girasol en la Argentina, con una inversión de 400 millones de pesos. 
¿Efecto Monsanto? Si bien en un primer momento se difundió que Villa María sería el lugar elegido, Venado Tuerto, en Santa Fe, –donde ya Syngenta cuenta con infraestructura para procesar semillas– compite en un pie de igualdad por esta radicación. Sus directivos desconectan la decisión de cuestiones políticas o coyunturales.

Fuente: carlos Petroli

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