Se podrá monitorear en forma remota la
emisión de gases de efecto invernadero (GEI) sobre el cultivo de soja.
Un avance sustentable para producir biodiesel con certificación de la
mano del INTA.
En la localidad bonaerense de Carlos Casares, en lotes del grupo Los
Grobos, cada media hora una torre fija mide cuánto óxido nitroso es
emitido por los cultivos de soja y permite su monitoreo de forma remota.
La planta requirió una inversión en equipamiento de U$S 140.000 y
otros $83.000 para el suministro de gases y hoy es una realidad gracias a
un convenio firmado entre el INTA, la asociación Solidaridad con fondos
del gobierno de Holanda y el grupo Los Grobo, que aportó los campos
para instalar las estaciones de medición.
“Podremos certificar que la producción argentina es sustentable”,
aseguró Jorge Hilbert, referente de bioenergía del INTA, en referencia a
las estrategias para reducir la emisión de gases de efecto invernadero
(GEI) de los cultivos. Y agregó: “Si determinamos cuánto emite una
planta podremos calcular y establecer estrategias de reducción”.
De hecho, ya en 2012, un estudio del instituto de Ingeniería Rural
del INTA y la Unión Europea determinó que los biocombustibles argentinos
evitaron que se enviaran a la atmósfera 5,5 millones de toneladas de
dióxido de carbono. “La Argentina posee la industria de biodiesel más
moderna del mundo, que cumple con los estándares de calidad más altos en
términos técnicos, económicos y ambientales”, aseguró el especialista
del INTA.
¿Cómo producir de manera sustentable?
Hilbert
explicó que “estudiar las tasas de emisión de óxido nitroso y dióxido de
carbono en sistemas de producción de soja bajo siembra directa con
destino a biocombustibles, es prioritario y estratégico para la
Argentina debido a que asegura la sustentabilidad de la actividad”.
El convenio de articulación público-privada, busca establecer “una
cadena sustentable y certificada del biodiesel argentino. Así podremos
avanzar en la certificación de sustentabilidad ambiental con especial
atención en la emisión de gases efecto invernadero de los cultivos”,
expresó.
La huella de las plantas
La técnica más común
para medir óxido nitroso (N2O) es con cámaras cerradas. Son de fácil
construcción y poco costosas. Además, son apropiadas cuando se quiere
relacionar los flujos de gases con factores químicos y microbiológicos
en una escala menor. Por otro lado, las mediciones micrometeorológicas
monitorean continuamente los flujos en el aire que asciende desde el
suelo. Esto permite caracterizar la variabilidad temporal en áreas
relativamente amplias y medir el flujo de gases a nivel de ecosistema.
De acuerdo con Hilbert, con este estudio las mediciones de N2O se
realizarán durante el ciclo del cultivo de soja usando cámaras cerradas y
la técnica de mediciones micrometeorológicas. Además, para relacionar
las emisiones con los parámetros ambientales, se tomarán datos de suelo
para estimar el contenido de nitrógeno mineral, temperatura y humedad.
“Indudablemente, contar con datos propios, consolida la posición
argentina en cuanto a caracterizar a sus biocombustibles”, indicó
Hilbert.
Para el especialista del INTA, es importante destacar el
apoyo de la Fundación Solidaridad Latinoamericana, con fondos aportados
por Agentschap NL –agencia del Ministerio de Economía holandés que
financia proyectos de sustentabilidad–.
“Esta articulación permitió la compra e importación de la estación
remota de monitoreo de gases efecto invernadero”, expresó Hilbert. El
equipamiento instalado significó un aporte de U$S140.000 más $83.000 que
permitirán asegurar el suministro de gases patrón. Asimismo, la empresa
Los Grobo agropecuaria aportó los campos para la instalación de las
estaciones de medición.
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