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viernes, 25 de octubre de 2013

En su primer ensayo con goteo, el maíz rindió 13 mil kilos por hectárea

Sistema de riego. En el Inta Manfredi se está evaluando una rotación agrícola extensiva. El manejo, a partir del balance hídrico.


El riego por goteo está haciendo los primeros palotes en cultivos extensivos. Su probada eficiencia en producciones intensivas, donde la línea con los goteros se ubican por debajo de la planta, ha hecho que empresas proveedoras del sistema intenten desarrollar la herramienta para sumarla al paradigma de la siembra directa.
En esta dirección está trabajando desde el año pasado el Inta Manfredi. A su calificada trayectoria en riego por aspersión, en la que acumula datos productivos y de eficiencia de uso de agua de las últimas 17 campañas agrícolas en la región centro norte de la provincia, le ha sumado desde la campaña pasada el desarrollo del sistema por goteo. El debut con los granos gruesos se hizo con el maíz y la soja de segunda.
“La respuesta productiva en esta primera campaña con granos gruesos fue positiva. En las próximas, el objetivo será ajustar las mediciones para determinar cuál es la mejor recomendación para los usuarios del sistema”, dijo Aquiles Salinas, coordinador del módulo de riego que funciona en la experimental.
Ensayo a campo
Sobre una parcela de seis hectáreas, montada con tecnología de la empresa israelí Netafim, se evaluaron en la campaña pasada maíz y soja de segunda. Ambos cultivos son parte de una rotación que también incluye al trigo, que hoy está ocupando un lugar en el módulo. El sistema está diseñado con dos distancias entre las líneas de riego: a 80 centímetros y a un metro.
El manejo de la fertilización contempla la metodología de reposición para el fósforo y un balance de acuerdo a los rendimientos esperados para el nitrógeno, con la aplicación del nutriente a través del fertirriego.
Con el objetivo de censar los movimientos laterales y horizontales del agua luego del riego, se instalaron tres sondas de capacitancia en las parcelas donde las mangueras están ubicadas a un metro de distancia. Las posiciones seleccionadas fueron: al lado del goteo, a 25 centímetros y a 50 centímetros.
El maíz de primera, un híbrido Biointa 620, se sembró el 4 de octubre de 2012, con una densidad de siembra de 10 semillas por metro cuadrado; la variedad SPS 3900 se utilizó para la soja de segunda, que se implantó el 10 de diciembre con una densidad de 50 semillas por metro cuadrado. Ambos cultivos se sembraron a una distancia de 52 centímetros.
De acuerdo con un informe elaborado por los integrantes del módulo, el maíz presentaba al momento de la siembra un contenido de agua de 266 milímetros, lo que representó 87 por ciento del agua útil. El cereal recibió a la siembra 80 kilos por hectárea de fosfato diamónico (FDA) y 150 kilos por hectárea de UAN, repartido en dos momentos del ciclo del cultivo a través del fertirriego. Al momento de la siembra, la soja contaba con un contenido de agua de 118 milímetros, lo que representó 38 por ciento de agua útil. Además se aplicó 80 kilos por hectárea de FDA y se inoculó la semilla.
Resultados
La cosecha del maíz se realizó en forma manual obteniéndose tres submuestras para cada distancia entre filas de goteros. La soja de segunda se cosechó en forma mecánica.
Para ambos cultivos se calculó el consumo de agua y su eficiencia de uso (EUA). Estos parámetros sirven como indicadores para confirmar si el manejo del agua durante el cultivo fue el adecuado, explicaron los técnicos. Así, el maíz de primera recibió durante el ciclo 381 milímetros de agua de lluvia, equivalentes a 285 milímetros de precipitación efectiva. “El muestreo de gravimetría a la madurez fisiológica del cultivo resultó en promedio de 63 milímetros de agua útil, por lo que presentó un consumo estimado de agua de 603 milímetros y una EUA de 21,6 kilos por milímetro”, precisó el reporte del módulo. Con la misma metodología, la soja de segunda recibió 340 milímetros de lluvia, lo que equivale a 250 milímetros de lluvia efectiva. El consumo de agua fue de 365 milímetros, con una EUA de 7,9 kilos por milímetro.
En cuanto a los resultados productivos, el maíz y la soja no mostraron grandes diferencias entre las parcelas. 
“Los resultados indican que, las separaciones entre líneas de riego evaluadas en los cultivos estivales, donde hay un aporte importante de las lluvias, no presentarían diferencias productivas”, destacaron los técnicos del Inta. En las seis muestras (tres a 80 centímetros y tres a un metro), el rendimiento del maíz mostró un promedio de 13.067 kilos por hectárea.
Para referenciar si el manejo del cultivo bajo goteo fue el correcto, el Inta comparó los rendimientos obtenidos con el valor del promedio obtenido durante los 17 años de evaluación en el módulo por aspersión. Entre 1996 y 2012, el rinde promedio fue de 12.117 kilos por hectárea. “Se recurrió al rendimiento promedio debido a que en la secuencia de cultivos establecida para el pivot central no hubo maíz de primera en la campaña 2012/2013”, precisaron los técnicos.
Por estos días, el maíz de primera ya está sembrado en el módulo.
En cuanto a la soja bajo goteo, el promedio para las seis muestras fue de 2.904 kilos por hectárea. Dentro del pivot, la oleaginosa de segunda fue sembrada en la misma época, con la misma variedad y con un manejo nutricional similar al goteo. Con 228 milímetros de agua de riego, el rendimiento en el círculo fue de 3.980 kilos por hectárea, un récord para el lote. La aclaración es que recibió casi el doble de cantidad de agua en comparación con el goteo.

Dos opciones
Tecnología Netafim. Superficie de seis hectáreas, con una rotación trigo, soja y maíz. Las mangueras están situadas a dos distancias –80 centímetros y un metro–, enterradas a 25 centímetros. Los goteros están ubicados a una distancia de 50 centímetros, con un caudal de 0,6 litros hora.
Tecnología John Deere. También ocupa seis hectáreas, con la misma rotación y hace su debut en esta campaña, con el maíz de primera. Cuenta con dos distanciamientos entre mangueras: 1,05 metro y 1,57 metro. El caudal del emisor (gotero) será de 1,5 litro por hora.
Costo de la inversión. El riego por aspersión requiere de un desembolso de 2.500 a 2.800 dólares; en goteo, la inversión trepa hasta los 3.500.

Fuente: Alejandro Rollan - La Voz del Campo

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