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lunes, 6 de mayo de 2013

La inoculación ayuda a aumentar los rendimientos

La simbiosis con rizobios contribuye anualmente con algo más que 120 kilos de nitrógeno por hectárea para los cultivos de soja


Desde sus inicios, la producción de soja en nuestro país es acompañada por la inoculación con rizobios, puesto que al incorporar un alto número de bacterias fijadoras de nitrógeno se alcanza una suficiente nutrición nitrogenada del cultivo.
Estudios recientes -llevados adelante a fin de cuantificar los aportes de nitrógeno por este medio biológico- muestran resultados variables que, en promedio, representan algo más del 60% de la demanda de los cultivos; el resto es aportado por los suelos y los fertilizantes. Esta información fue publicada en el trabajo "Evolución de las tecnologías de inoculación con rizobios y sus aportes a la producción de soja en Argentina", realizado por Alejandro Perticari (INTA Castelar) y los consultores Gustavo González Anta y Martín Díaz-Zorita).
Allí se estima que la simbiosis soja-rizobios contribuye anualmente con algo más que 120 kilos de nitrógeno por hectárea para los cultivos de soja. "La adecuada nutrición nitrogenada observada al inocular se manifiesta en mejor crecimiento de las plantas y en sus rendimientos", destaca el estudio.
Por otra parte, resultados de evaluaciones en 815 sitios representativos de producción de soja en Argentina -durante 16 campañas- muestran que la inoculación contribuye en promedio con casi unos 250 kilogramos por hectárea de rendimiento.
Los autores destacan las mejoras en las aplicaciones conjuntas con otros tratamientos de semillas, no sólo en el momento de la siembra, sino en los modernos sistemas industriales que permiten su incorporación con una anticipación superior a los 45 días de la fecha de siembra.
"Tenemos que valorar las mejoras en el crecimiento y en la producción de soja que aporta el buen uso de los inoculantes con rizobios", aseguraron los especialistas.
Al respecto explicaron las claves en el uso de los inoculantes. En primer lugar, recomendaron -tanto en aplicaciones al momento de la siembra, como anticipadas- emplear productos de calidad adaptados a las condiciones de cada sistema. Además, llamaron a utilizar aditivos junto con otros componentes y procesos del sistema que permitan la sobrevida de los rizobios, según los tiempos de antelación a la siembra sugeridos en cada caso.
Por último, sostuvieron la importancia de realizar la inoculación a la sombra, con temperaturas no mayores a los 30 grados, empleando máquinas inoculadoras limpias de otros tratamientos, no compatibles y con dosificación y mezclado homogéneo, sin dañar las semillas durante el tratamiento, almacenamiento y traslado.
"Las semillas inoculadas o pre-tratadas requieren de cuidados equivalentes a los recomendados para los inoculantes", concluyeron.

Las semillas,con organismos

Se recomienda mantenerlas en condiciones frescas
Las semillas inoculadas contienen organismos vivos y requieren mantenerse en condiciones frescas y ventiladas hasta la siembra, según explican los especialistas. Al almacenarlas, entre otras prácticas, hay que considerar usar estibas pequeñas, distanciados de los laterales de los galpones y del techo, y con amplios corredores entre estas que permitan la libre circulación del aire. Investigadores que han avanzado en el conocimiento de la esta tecnología afirman que se deben valorar los aportes de la inoculación en la producción de soja por la mayor nutrición con nitrógeno y el aporte en los rendimientos. Eso sí, se recomienda cuidar el proceso, desde la elección del tratamiento hasta el manejo de las semillas inoculadas. También prestar atención en la siembra..

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