El desarrollo favorable de los cultivos en Estados
Unidos más algunos indicios de retracción de la demanda impactaron
negativamente sobre los futuros del cereal
El desarrollo favorable de los cultivos en Estados Unidos más algunos indicios
de retracción de la demanda impactaron negativamente sobre los futuros del
cereal en el mercado de Chicago. Los contratos con entrega en septiembre
cayeron por debajo de u$s 200/ton, en el marco de un creciente optimismo por la
mayor holgura de la hoja de balance que se avizora durante el próximo año si en
Sudamérica se cumplen las expectativas de siembra.
El comienzo del período de polinización en las regiones productoras
norteamericanas se presentó con lluvias menores a las óptimas, aunque la caída
de las temperaturas y las reservas de humedad de los suelos permitieron
estabilizar la situación. Precipitaciones puntuales ayudaron al desarrollo de
los cultivos en algunas zonas, aunque nuevos aportes son necesarios.
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, hasta el último
domingo el 63% de los cultivos se encontraba en condiciones buenas o
excelentes. Este guarismo cayó por segunda semana consecutiva aunque mantiene
un considerable diferencial respecto de los valores reportados a la misma fecha
del año pasado. Hace doce meses sólo el 26% de los maíces se mantenían en esa
situación, castigados por la sequía más desastrosa de las pasadas seis décadas.
Las evidencias actuales permiten proyectar niveles de rinde promedio
próximos a los 100 qq/ha, sustancialmente más elevados que los obtenidos en la
campaña pasada. Asimismo, el área de abandono se reducirá en 600.000 hectáreas
tras haber alcanzado un máximo de las últimas dos décadas en el ciclo 2012/13.
Las cifras del USDA sugieren que no habrá colecta en unas 3,4 millones de
hectáreas sobre el total sembrado de 39,4 millones.
Este panorama productivo se presenta en simultáneo con un ligero
retroceso de la demanda. La cancelación de embarques arrojó una cifra negativa
para las ventas externas netas de Estados Unidos durante la semana pasada,
cuando los operadores aguardaban una cifra superior a 100.000 toneladas. Los
importadores asiáticos todavía buscan abastecerse en Sudamérica, aunque durante
las próximas semanas se apoyarán nuevamente en Estados Unidos como principal
proveedor. Uno de los jugadores más relevantes será China, que acabará
adquiriendo entre 5 y 7 millones de toneladas de maíz entre octubre y
septiembre del próximo año.
El panorama general del mercado es bien diferente al del año pasado. Al
margen del gran crecimiento esperado en las exportaciones, la demanda forrajera
no tendrá necesidad de recurrir a sustitutos y podrá expandirse un 15%. El
componente más inelástico de la demanda es el consumo industrial, del que se
espera una suba moderada pese a las excelentes perspectivas que se avecinan
para la industria del etanol. En el nuevo escenario de las commodities a nivel
global los precios del cereal han quedado bien rezagados respecto del petróleo.
En tanto, el panorama de oferta del segundo semestre de la próxima
campaña luce incierto ante las crecientes evidencias de que Sudamérica reducirá
el área destinada al cultivo. En Brasil la firma Safras & Mercados proyecta
una caída del 10% en la superficie sembrada con maíz de primera, mientras que
la siembra de segunda podría sufrir una retracción del 6%.
En tanto, en nuestro país, el escenario de precampaña dista de ser
concluyente. Sin embargo, se vislumbra que el aumento de los costos y la
pronunciada caída de los precios a cosecha estrecharon fuertemente los márgenes
del maíz, desalentando parte de las intenciones iniciales de siembra para
volcarlas a la soja. Esta situación se agrava al evaluar la cuantiosa inversión
necesaria para la implantación. La ecuación actual de la oleaginosa hace pensar
que volverá a ganar terreno en el plano nacional, acercándose a las 20 millones
de hectáreas.
Entre los costos que subieron en mayor medida se destaca el gasoil,
aunque también han trepado las labores y semillas. Por su parte, los
arrendamientos no cayeron todo lo que se esperaba hace algunos meses y en
diversas zonas continúan en niveles elevados en función del potencial de
resultados. Los valores muestran una considerable rigidez a la baja incluso
tras dos campañas de pobres resultados en los modelos de negocio con campo
alquilado.
Según se explica en el informe semanal de GEA - Guía Estratégica para el
Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario, una proporción considerable de las
reservas de semillas corresponden a productores que han acordado con los
propietarios trabajar el cereal a porcentaje. Los planes de campaña son muy
cautos, especialmente en campos alejados de los puertos.
La situación descripta es preocupante porque el mercado internacional no
brinda señales ni fundamentos que adviertan una reversión de la tendencia
bajista, al menos por estos días. La comentada elevación de los costos y el
sostenimiento de altos derechos de exportación le han provocado al maíz
argentino una considerable pérdida de competitividad que se observará con claridad
durante los próximos meses. Tras varios años de distorsión, los precios locales
se acomodaron a los niveles de paridad de exportación, pero pese a ello no
logran convencer a los vendedores para comenzar a cerrar negocios.
El cereal con embarque en abril o mayo de 2014 en puertos del up River
tiene un valor FOB cercano a u$s 200/ton. Tomando costos de fobbing de u$s
11/ton y derechos de exportación por u$s 41/ton se arriba a un FAS teórico
apenas superior a u$s 150/ton, en línea con los ofrecimientos abiertos de los
compradores. La comercialización del cereal de la próxima campaña todavía no ha
comenzado, mientras que a la misma fecha del año pasado las compras ya
superaban el millón de toneladas.
Los pequeños exportadores también trabajan con mucha cautela de cara al
próximo año, sin apresurarse en originar el cereal. El sistema de ROE Verde por
365 días supone el pago de casi u$s 400.000 cada diez mil toneladas
solicitadas, cifra que resulta prohibitiva para quienes trabajan con pequeños
lotes o "parcels".
Por su parte, la comercialización del maíz disponible ha sufrido en los
últimos días el efecto negativo de las bajas externas. No obstante, la llegada
de nuevos embarques y la gran necesidad de algunos compradores evitaron un
derrumbe mayor. Los precios han caído por debajo de los $ 900/ton, tras haber
fluctuado entre $ 1.000 y 1.100 por tonelada en los últimos meses. En el
recinto de esta Bolsa se escuchó una menor diversidad de ofrecimientos.
Según datos del Ministerio de Agricultura, hasta el momento se embarcaron
13,2 millones de toneladas de maíz, superando todos los registros previos hasta
la tercera semana de julio. Partiendo de una producción inferior a 25 millones
de toneladas y deduciendo el creciente consumo interno, el saldo exportable rondará
las 17 millones de toneladas. Este volumen coincide aproximadamente con las
emisiones de ROE Verde que ha efectuado la UCESCI.
La cosecha de segunda se encuentra a punto de finalizar. En la región se
observa mucha disparidad de rendimientos. Los problemas de humedad de los
granos han demorado la trilla y causado mermas de calidad en los lotes enviados
a las terminales portuarias. En los últimos días se han reportado ingresos de
camiones con partidas cuya humedad superaba el 14,5%, motivando el rechazo de
los compradores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario